Te odio.
Quizá sólo por hoy,
quizá sólo ahora.
Porque ahora despiertas
celos inesperados
en la boca de mi estómago
y me quedo suspendido
en un pálpito.
Esperaré a que vuelva mi aliento
antes de decirte que no te lo perdono,
que no me lo esperaba
y que,a pesar de todo, te seguiré esperando.
Maldita seas,
por siempre jamás.
Por Ormuz.
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