- Anoche soñé conmigo.
- Bueno, eso no tiene nada de raro. Normalmente uno mismo es protagonista de sus sueños.
- Seré más específico: anoche soñé que mantenía una conversación conmigo.
- Vale, acabas de captar mi atención, prosigue.
- Lo primero que recuerdo es estar en medio de una aglomeración de personas que se movían a mi alrededor y en todas direcciones, como un enjambre de abejas. Me sentía completamente desorientado y no sabía hacia donde dirigirme así es que me quedé quieto.
- Lógico, si no tienes a donde ir mejor no vayas a ningun sitio.
- Gracias maestro...
- Perdón, continúa.
- El caso es que de pronto una figura se presentó ante mí. Al principio, y a causa del bullicio, no me fijé bien en su cara pero tras un instante me percaté de estar viendo mi propio rostro.
- Bueno, a mi nunca me ha pasado, pero diría que tratándose de un sueño entra dentro de lo plausible, ¿no crees?
- Sí claro, pero para mí aquel momento era real y por lo tanto inconcebible.
- Entiendo, no soñabas que soñabas sino que simplemente soñabas.
- Eso es. En cualquier caso, y más allá de mi estupefacción, aquella figura, es decir yo o aquella persona que me representaba comenzó a señalarme con el dedo mientras decía: "Eso que haces es muy peligroso"
- ¿Y qué estabas haciendo?
- Nada, ya te dije que estaba inmóvil, puede que fuera por eso mismo pero la verdad no lo creo. Me dio la sensación de que me estaba juzgando por algo que había hecho o con alguna actitud mía frente a algo.
- Ya...¿Cuál?
- No sé, desperté y no fui capaz de pegar ojo de nuevo dándole vueltas al asunto. Imagino que tendré que ir con cuidado.
-¿Cuidado? ¿Con qué?
- Pues eso digo yo...
Por Ormuz
Comentarios